"Restiamo umani (Sigamos siendo humanos)". Así Vittorio Utopía Arrigoni, 36 anos, firmaba sus cuentos desde la Franja de Gaza, donde vivía establemente desde el 2008. Durante la operación Plomo Fundido (Diciembre 2008) perpetrada por el ejército de Israel contra la población local, Vittorio era el único periodista que contaba a nosotros la barbaridad de aquellos días. Vittorio colaboraba con el diario comunista "Il Manifesto", sus reportajes fueron colectados en el libro "Restiamo umani" era un pacifista para los derechos humanos del ISM (International Solidarity Movement), tenía un blog (http://guerrillaradio.iobloggo.com/) fundamental punto de referencia de una información libre sobre el asedio que Gaza vive cotidianamente. Hasta ahora sabemos que Vittorio ha muerto, raptado y ejecutado por un grupo salafita, culpable de difundir "vicios occidentales". La última imagen que nos queda de Vittorio esta en el gran contenidor de Youtube. Vittorio tiene un vendaje sobre sus incansables ojos miradores del mundo y la cara sangrante, en el mentre la mano de un raptor lo tiene tomado de los pelos. El líder de Hamas Ismail Haniyeh dice que: "Vittorio es nuestro mártir". En Italia hay decenas de manifestaciones para no olvidar su nombre y su trabajo. Su mama es orgullosa de el. Hoy, la formula con la cual Vittorio cerraba sus cuentos, parece vacía de retorica. Solo la muerte puede dar un sentido a la vida.
Sei i protagonisti di una grottesca scena messa su dallo Stato italiano. E' il 16 dicembre del 1969 a Roma, in tribunale. Quattro poliziotti ben vestiti, pettinati e con la barba fatta; un ballerino anarchico, con la barba incolta, stravolto dopo una notte insonne per via di un interrogatorio e un tassista milanese. «L'è lü (E' lui)!», escalama il tassista Cornelio Rolandi. «Ma m'hai guardato bene?», ribatte l'anarchico Pietro Valpreda. «Bè, se non è lui, chi'l gh'è no», si convince il Rolandi. E così il mostro fu sbattuto in prima pagina. Il Rolandi si era presentato dai carabinieri di Milano la mattina del 15 dicembre, mentre si svolgevano i funerali di Piazza Fontana, convinto di aver trasportato sul suo taxi il responsabile della strage alla Banca dell'Agricoltura. La sua macchina era posteggiata a poco più di 100 metri dalla filiale. Un uomo con una valigetta aveva chiesto di portarlo nei pressi della Banca e di aspettarlo lì. Pochi minuti dopo era ...
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